3. Kuroneki niño, la mentira:
Con el objetivo de proteger a los miembros del Anteiku después de que este fuese descubierto por la CCG como una cafetería ghoul, Shironeki decide enfrentarse él solo a todos los investigadores, aún cuando le recomendaron que escapase. Tras un brutal encuentro con Amon en el que ninguno de los dos quería matar al otro pero debían enfrentarse de igual forma (Amon para cumplir su deber como protector de la «justicia», Shironeki para salvar a sus seres queridos), Shironeki logra abrirse paso malherido hasta el túnel V14. Siendo dominado por la locura de su semi-kakuja, Hide, su mejor amigo, lo encuentra allí. No se veían casi desde el principio del manga, pues Kaneki quiso alejarlo de su nueva vida, pero Hide le sorprende diciendo que siempre supo que se había convertido en un ghoul, pero que no le importa lo más mínimo. También le avisa de que más adelante está la mayor amenaza de la CCG: Kisho Arima, el «Dios de la muerte«. Hide, en un acto de amor incondicional, le dice a su amigo que lo coma para recuperar fuerzas y el siguiente panel muestra a un Shironeki recuperado con la boca llena de sangre y un Hide desaparecido. ¿Había Shironeki cruzado la línea?
Cuando Shironeki ciempiés ve a Hide de nuevo, el panel de abajo muestra a Kuroneki, representando que su humanidad acaba de despertar por un momento.
No es momento para pensar en eso, porque en seguida el encuentro con Arima se produce. Shironeki solo puede quedarse atónito al ver la montaña de cadáveres de ghouls sobre la que el inspector está y «encontrar belleza en la muerte en vez de la vida«. Shironeki intenta luchar, pero no es rival para el inspector y acaba con el cerebro perforado brutalmente por sus armas.
En sus últimos delirios, Shironeki se ve a sí mismo cuando aún era un niño pequeño y conversa con él, cómo símbolo de su inocencia perdida. Reflexiona sobre cómo aparentemente quería ayudar y salvarlos a todos, pero en verdad lo único que quería era salvarse a sí mismo; tenía miedo de estar solo. No quería ayudar a sus amigos de forma altruista, quería que siguiesen viviendo para que no lo abandonasen, justo como hacía su madre.
Shironeki se declara a sí mismo un auténtico cobarde egoísta, mientras ve cómo ese inocente niño que una vez fue dice admirar y amar a su mamá pero lo cierto es que lo dice…tocándose el mentón. Unos cuántos capítulos antes Hide nos revelaba que cada vez que Kaneki hacía eso, estaba mintiendo:
Kaneki no quería a su madre.
Finalmente, ambos Kaneki se abrazan (el pequeño se convierte en Kuroneki) mientras Shironeki lamenta no haber podido evitar esa situación y Kuroneki le agradece todo lo que hizo y lo mucho que luchó por salvarlos. Ambos se desvanecen, pues es hora de descansar.
«Dormir y soñar feliz es la única salvación que me queda.»
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