5. Haise Sasaki, el sueño:

  

Bajo la tutela de Arima, Haise se convirtió en un virtuoso investigador de la CCG, combinado las armas convencionales de estos (las quinques) con su kagune. Eventualmente su caso fue estudiado por los cirujanos de la CCG y se inició el proyecto Quinx para dotar a humanos de las habilidades ghoul (conservando su humanidad, no como en el caso de Kaneki, que no podía comer comida normal por ser convertido en un ghoul completo). Haise fue asignado como tutor de lo 4 Quinx que habían resultado exitosos, a los que él mismo trataba como sus hijos. Considerando al propio Arima como a un padre y a la investigadora Akira Mado como a una madre (los psicólogos de la CCG habían descubierto que el prisionero 240 deseaba una figura materna más que nada en el mundo, así que asignaron a Akira para garantizar su estabilidad mental), Haise Sasaki tenía una «familia» completamente funcional, por lo que podemos hablar de la personalidad de Kaneki más estable. Alegre, divertido, ingenioso, responsable… Haise es un personaje totalmente distinto de Kaneki (y no solo físicamente, con ese pelo blanco y negro que se justifica como que su estrés está desapareciendo, recuperando su color original y simbolizando al mismo tiempo su reinclusión en la sociedad humana), y fueron muchos los que dudaron de si era realmente el protagonista de TG cuando los primeros capítulos de TG Re: comenzaron a publicarse.

 

El capítulo 31.5 de Tokyo Ghoul Re: va sobre la cena navideña que Haise celebra y es una preciosidad que nadie podría imaginar en el TG Original.

Sin embargo, no todo es un camino de rosas para Haise Sasaki, pues la inevitable verdad de que en el pasado fue «el ghoul del parche» no deja de atormentarlo. Todos a su alrededor lo saben, muchos lo juzgan con la mirada y la CCG tiene como protocolo neutralizarlo (y mismo eliminarlo) si alguna vez recupera sus antiguos recuerdos. El mismo Shironeki se le aparece en sueños y durante las misiones, pidiéndole que le devuelva su cuerpo, algo que le aterroriza.

 

Todo esto contribuye a crear en Haise un gran dilema existencial y a indagar sobre un pasado que nadie quiere revelarle por su «propio bien». Cuando ve a Touka llora sin saber porqué y cuando le envían la máscara de Kaneki y se la pone, los ghouls de la ciudad huyen reconociéndolo inmediatamente. Él sabe que está viviendo a costa de otro, y aunque se declara a sí mismo como «muy feliz viviendo así», cuando lo dice…se toca el mentón.

Puede parecer feliz, pero la verdad todo es una fachada, como vemos, por ejemplo, cuando se derrumba y comienza a llorar en su habitación después de que Urie le llame «ghoul». Haise sufre porque es consciente de que en algún momento deberá desaparecer y decir adiós a su «familia» a la que tanto quiere, sobre todo al saber que carece de la fuerza necesaria para protegerlos. Porque esa fuerza… pertenece a Kaneki. 

«Para ser honestos, estoy entre morir o desaparecer.»